Pese a lo impresionantes e imponentes que lucen hoy en día los Glaciares Patagónicos, debemos esclarecer que son sólo reducidos segmentos de la última glaciación. Aún así, pese a su disminución, éstos poseen una importancia destacable, ocupando un diez porciento de las tierras emergentes y atesorando el noventa porciento del agua dulce del planeta.
Los Glaciares generan corrientes de aire y agua que contribuyen a equilibrar el clima terrestre. En la Patagonia Austral, la primera glaciación ocurrió hace 3,5 millones de años, extendiéndose, por lo menos, a 60 km al este de la actual cordillera. Otra gran glaciación se habría dado hace un millón de años aproximadamente. Las morrenas terminales se pueden observar en estos idílicos paisajes actuales.
Aún en medio de algunas discrepancias entre científicos, se estima que los hielos sólo cubrieron la meseta patagónica en su parte más austral, es decir, al sur de la línea fluvial de grandes ríos, donde una enorme lengua se extendía sobre el actual Estrecho de Magallanes. El Canal de Todos los Santos, su primer nombre, es otro valle formado por el hielo e invadido después por el mar y casi la totalidad de Tierra del Fuego.
En el pleistoceno, los glaciares se extendieron hasta cien kilómetros más al este del actual límite oriental, de los lagos conocidos en el Parque Nacional Torres del Paine y en la zona cordillerana. Llegaron a alcanzar una altura de más de mil metros sobre el actual nivel de los mismos lagos.
Foto de Portada: Glaciar Infantería – Antártica – Alfredo Soto