El pasado mes de junio se dió a conocer un escándalo en el que estarían involucradas hasta la fecha más de 50 fundaciones que, en sus objetivos, debiesen promover el bien común de la sociedad de nuestro país.
Sin embargo, salieron a la luz pública los métodos poco transparentes y éticos con los que estas organizaciones se adjudicaron fondos millonarios. Hablamos de cifras que van incluso por sobre los 2.000 millones de pesos en los últimos dos años.
Algo completamente inalcanzable para organizaciones que trabajamos en base a donaciones de particulares y postulación a fondos del Estado.
Como Fundación Glaciares Chilenos, nuestro objetivo de divulgación, educación y protección de los glaciares nace por un propósito personal de sus fundadores, que busca entregar a la sociedad herramientas y aprendizajes sobre los más de 26 mil glaciares de todo el territorio nacional. En nuestros 5 años de trabajo, hemos conformado un equipo íntegro de voluntarios, donde la obtención de fondos para desarrollar nuestros proyectos siempre ha sido el principal desafío y piedra de tope para avanzar a mayor escala. No contamos con financiamiento privado de ninguna institución financiera y, en la actualidad, no tenemos adjudicado ningún fondo estatal.
Casos como los publicados no sólo desprestigian a organizaciones que se esfuerzan día a día por lograr sus objetivos de bien común de manera honrada y transparente, sino que también dejan al descubierto los mecanismos poco éticos y el uso de redes de influencia y poder, con los que muchas de estas fundaciones se adjudican montos multimillonarios para realizar proyectos. Sin duda, en muchas de ellas, existe un trabajo que ha beneficiado a miles de personas, sin embargo, como Fundación Glaciares Chilenos nos preguntamos ¿El fin justifica los medios? La adjudicación de estos convenios con cifras inalcanzables y de magnitudes que son inmorales habla de un mecanismo de asignación que resulta ser un caldo de cultivo para situaciones de corrupción.
¿Qué organizaciones tienen acceso a esta información? ¿Por qué algunas organizaciones saben de la existencia de estos convenios, a quién solicitarlos y en qué condiciones?
El hecho de que esta información no sea de conocimiento público y que aún al día de hoy exista la designación “a dedo”, en el más claro de los sentidos, corresponde a un nivel de corrupción que como organización reprochamos.
Somos enfáticos en declarar que siempre hemos sido una organización transparente en la forma en que accedemos a financiamiento y costeamos nuestros proyectos. En 5 años, jamás hemos siquiera vislumbrado un financiamiento de tales magnitudes. Entendemos la alerta y desconfianza que ha generado este caso en la ciudadanía, ya que desacredita el trabajo a pulso que hemos realizado para generar vínculos y redes de confianza.
No queremos que el trabajo deshonesto, poco ético y ambicioso de otras organizaciones empañe a los que hemos puesto nuestro tiempo e incluso recursos personales en levantar un propósito que sólo busca el bien común de la sociedad y naturaleza.
Como organización exigimos que se avance en los siguientes puntos:
- Endurecer los requisitos para las organizaciones que postulen a convenios, exigiendo años mínimos de antigüedad, experiencia demostrable y, por sobre todo, transparencia en el uso de los recursos.
- Las asignaciones directas deberían ser el último recurso para realizar un proyecto, previo a eso, siempre debe existir la posibilidad de acceder a este tipo de fondos a través de un portal de concursos públicos.
- Avanzar en leyes que regulen a las fundaciones en transparencia, origen de su financiamiento ya sea público o privado, proyectos financiados, remuneraciones de equipo y directivos, entre otros.
Directorio Fundación Glaciares Chilenos
Columna publicada en El Desconcierto
Imagen Destacada: Agencia Uno.