Camilo Rada es un destacado científico, montañista y explorador chileno. Es licenciado de Astronomía de la Pontificia Universidad Católica, magíster en Geofísica y doctor en glaciología de la Universidad canadiense British Columbia. Actualmente trabaja como investigador y profesor en el Centro de Investigación GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes.
Con una basta experiencia en montaña y escalada, todo un referente de esta disciplina, Camilo ha realizado cientos de ascenso en distintas partes del mundo, incluyendo Los Andes de Chile, Perú, Argentina, Ecuador, Himalayas, Canadá e incluso en los grandes mantos de hielo de la Antártica y Groenlandia. Cuenta con extraordinarios ascensos como el Monte Fitz Roy, el cerro Paine Grande y al Monte Sarmiento; con el cual fue pre-nominado al premio Piolet d’Or junto a su pareja Natalia Martinez.
Este experimentado investigador con más de 20 años de estudios y experiencia en el entendimiento de nuestro entorno, nos explica qué lo llevó al estudio de la glaciología, el contexto actual de los glaciares en el país, su perspectiva sobre una ley glaciar y nos habla en exclusiva del proyecto Uncharted que realiza junto a Natalia Martinez, acerca de áreas geográficas de gran importancia histórica.
¿Qué lo motivó y cuál fue el camino para llegar, luego de pasar por otras áreas, finalmente al mundo de la glaciología?
“Desde chico siempre me gustó mucho la ciencia, la entomología, la naturaleza, pero poco antes de entrar a la universidad, me picó el bichito de la astronomía, iba todos los sábados al cerro Pochoco, al observatorio astronómico de la ACHAYA. Lo que me llevó a entrar a estudiar astronomía en la Universidad Católica, motivado por los cursos de montañismo de Claudio Lucero. Durante la universidad me interesó mucho el tema de la montaña. Mientras hacía prácticas en algunos observatorios en el norte de Chile, me dí cuenta que el campo de la astronomía era muy de oficina y súper competitivo. No era un área en la que fuese fácil tener un hobby. Además para ser un astrónomo exitoso, había que dedicarle el cien por ciento de tu tiempo. Comencé a replantearme seguir el rumbo de la astronomía, y decidí tomarme un tiempo. Participé en una expedición a Campos de Hielo haciendo geofísica. Me gustó bastante, lo que me convenció de hacer un magíster en geofísica. Buscaba algo que me permitiera hacer ciencia ligada a la montaña. Decidí especializarme en el área de glaciares, lo que me llevó a trabajar en el Centro de Estudios Científicos, en la estrategia nacional de glaciares. Me dió una perspectiva más clara de las deficiencias en el área de la glaciología en el país. Finalmente me fui a Canadá a hacer un doctorado en la Universidad de British Columbia, en Vancouver, donde me terminé por “casar” con la glaciología».
En el área de la glaciología del país, ¿cuáles serían estas deficiencias?
“Falta capital humano en múltiples áreas, especialmente en la de modelamiento numérico. Los profesionales en Chile son muy buenos en medir, caracterizar, identificar procesos glaciares, pero casi nadie trabaja para crear modelos numéricos para predecir o ajustar las condiciones vistas en el pasado. Mi doctorado lo hice con eso en mente, la mayoría de los glaciólogos en Chile vienen del área de la geografía o la ingeniería, pero no de la geofísica aplicada. Se necesita formar un equipo con experiencia, trabajo en terreno y modelado para resolver preguntas clave, tales como cuánta agua aportan los glaciares actualmente y cuánto aportarán en el futuro o cuándo van a comenzar a haber reducciones significativas del recurso hídrico”.
¿Cuál cree que es la misión e importancia del campo de la glaciología, considerando la contingencia actual del cambio climático y mega sequía que enfrenta el país?
“La glaciología desde el punto de vista social es clave. A los seres humanos nos resulta muy difícil tomar una perspectiva apropiada para entender procesos a escala global, tendemos a pensar que nuestra experiencia de los últimos años es útil para comprender procesos con escalas de tiempo más grandes. Los glaciares son parte del paisaje y reaccionan al cambio climático de manera muy lenta. Entender estos cambios a esas escalas de tiempo es fundamental para proyectar la disponibilidad de agua en el futuro, los cambios en el nivel del mar y todo lo que sus dinámicas implican. Los glaciares no van a dejar de retroceder o avanzar por un año más cálido o más frío, estos responden a escalas de tiempo más grandes que salen fuera de nuestro registro instrumental. Para saber qué pasaba hace miles de años cuando no había registro instrumental, hay claves en el paisaje como morrenas, suelos, y formaciones que nos ayudan a reconstruir la historia de los glaciares en el pasado”.
Respecto al tema país, ¿cuál es su opinión sobre la protección de glaciares y el medioambiente?
“En mi opinión, hace falta una ley más clara, una discusión a nivel país de cómo manejar no sólo glaciares, sino cualquier recurso natural en general. Hemos sido incapaces de establecer un mecanismo apto para manejar el conflicto entre la conservación medioambiental y el desarrollo económico, por un lado está el extremo de que los glaciares no se tocan, considerándolos como el último individuo de una especie en peligro de extinción, y por otro lado, está el que los glaciares son un pedazo de hielo y se puede hacer lo que se quiera con ellos para favorecer la actividad productiva. Creo que ningún extremo es bueno, han habido buenas propuestas para la ley de protección de glaciares, pero quizás demasiado restrictivas. Hay ocasiones en que un glaciar puede presentar un riesgo, como provocar inundaciones o aluviones sobre una comunidad. Tampoco se pueden no tocar en ningún caso, porque tampoco podríamos reaccionar cuando estos se presenten como un peligro.
Una minera o hidroeléctrica fácilmente puede cuantificar y proyectar cuál es la rentabilidad en los próximos cincuenta años de la intervención, pero a nivel científico es muy complejo cuantificar cuál va a ser el impacto negativo de la intervención en el corto, medio y largo plazo. Requiere modelar el efecto de esa intervención en el desarrollo del glaciar, su aporte de agua y un sinfín de variables desconocidas. Personalmente creo que hacer una regla simple siempre va a ser problemático. Hay pros y contras de cada lado y poner cosas en la balanza va a ser difícil, crear una ley será complejo, debe haber participación ciudadana, participación científica y de las distintas entidades relevantes”.
¿Cuál cree que es la mejor manera de vincular los resultados científicos con la creación de leyes y toma de decisiones?
“Creo que tanto organizaciones sociales, medioambientales, como la clase política, deben hacer un esfuerzo de entender el método científico. Estas instituciones a veces se sienten frustradas porque los científicos no son capaces de dar respuestas concretas, la ciencia tiene otros tiempos, observaciones, modelos, temporadas de adquisición de datos, es un proceso lento, las respuestas no se pueden dar de inmediato. La gente debe entender esto y nosotros los científicos ser capaces de entregar información pertinente y elocuente”.
¿Carecemos de un entendimiento de nuestros recursos naturales, así como de inversión y financiamiento, para lograr este objetivo?
“Sin duda, con más inversión en glaciología, muchas de las respuestas que ahora se necesitan ya estarían al alcance de la mano. Es necesario más financiamiento y, por ende, más estudio, pero también es muy importante asegurar que la investigación sea bien direccionada y que los resultados lleguen a la gente que toma las decisiones. Es frecuente que se realicen estudios científicos, pero los resultados no llegan por distintos factores, donde uno de ellos es el desinterés por difundir de parte de la comunidad científica. Muchos no trabajan haciendo resúmenes de difusión con un lenguaje más sencillo para gente que no sea experta. La investigación no es por sí sola la solución, se necesita una serie de circunstancias para que se transforme en algo útil”.
Desde el punto de vista comparativo, ¿cómo ve a Chile con respecto a otros países en el tema de la protección del medioambiente, específicamente los glaciares?
“Una diferencia notable y única en el mundo, es cómo se maneja la propiedad del agua. En Chile el agua es un bien privado, como bien sabemos, los glaciares son agua congelada, por lo que de una manera u otra terminan tratándose con la misma lógica. En Canadá, por ejemplo, existe hace décadas una preocupación, entendimiento y monitoreo de los glaciares y cuentan con variadas estimaciones de cómo se van a comportar estos y su entorno en el futuro. Chile por otro lado, aún está en una etapa de caracterización de sus masas de hielo, hace unos seis años aún no sabíamos cuántos glaciares habían y que superficie cubrían, y aún hoy no sabemos el volumen total de algunas importantes concentraciones de hielo en el país. De todas maneras, no podemos saltarnos ninguna etapa, para llegar a esto primero tenemos que tener todos los datos básicos”.
¿Qué opina sobre la adaptación de algunos países a las consecuencias del cambio climático, y a la inminente pérdida de masa glaciar?
“Llegar a un consenso para tomar acciones adaptativas a los cambios a través de una comunidad científica activa. En algunos países cubren glaciares importantes para el turismo, con materiales reflectantes, para reducir su derretimiento. Para algunas regiones de Chile, el derretimiento glaciar traerá una inseguridad en el suministro de agua. Suele citarse la construcción de embalses, pero se deja de lado soluciones que son igual de importantes y potencialmente efectivas como lo son el recuperar suelos, bosques y humedales que actúan como reguladores del caudal de los ríos. Otras medidas de adaptación son la construcción de infraestructura para controlar aluviones, mover poblados de lugares más expuestos a la amenaza de ciertos desastres naturales y reevaluar proyecciones en cuanto a algunas actividades económicas que quizás en este contexto del cambio ya no son prometedoras en el futuro”.
Pasando a otro tema, cuéntenos un poco del proyecto de desarrollo de mapas Uncharted.
“Junto a Natalia Martínez y con la colaboración de información de mucha gente, desarrollamos mapas que buscan rescatar el patrimonio histórico de ciertos lugares. Principalmente en zonas de la Patagonia y algunos rincones de Canadá y Argentina. Con Natalia solíamos revisar mapas del Instituto Geográfico Militar y nos topamos con zonas montañosas en las que las cumbres no poseían ningún nombre. Comenzamos a recopilar mucha información, poniéndonos en contacto con antiguos exploradores, leer relatos, interpretar antiguas fotografías y traducirlos en nuestro propio mapa.
El resultado fue impresionante, nos dimos cuenta que transformamos un mapa totalmente en blanco a otro lleno de nombres, rutas, años, actividades, pinturas rupestres, pasos indígenas e historias. Esta valiosa información se estaba perdiendo y es básicamente la que le entrega un gigantesco valor a la zona. Si alguien se interesara por una zona para realizar algún proyecto y se topa con un mapa en blanco del lugar, tenderá a pensarse que este no tiene importancia y la protección de dicha zona se vería disminuida. Ejemplos de esto son proyectos mineros y salmoneros en islas y fiordos de la Patagonia. Si existe un importante registro histórico, el carácter del lugar cambia completamente y su protección se vuelve necesaria, pudiendo transformarse en una zona de interés turístico».
¿Cómo puede el común de la gente ayudar a proteger el medio ambiente, en específico los glaciares?
“Por cómo funcionamos los humanos, vamos a primar proteger lo que sentimos como propio y cercano. Mi recomendación sería que la gente se proponga visitar los glaciares, los conozca de cerca, reclame por su acceso e intente entenderlos un poco más para poder darles el verdadero valor que merecen. Para mucha gente en Santiago los glaciares son una cosa extremadamente remota, siendo que desde la ciudad se ven muchos de ellos y se pueden visitar con facilidad. Por lo que la invitación es a verlos con sus propios ojos, en primer plano”.
Agradecimientos a Camilo Rada por concedernos esta entrevista y las fotos de su registro personal, por compartir con nosotros y la comunidad su visión como experto conocedor en glaciares y nuestro entorno. Si desean saber más sobre su proyecto de confección de mapas en zonas de Chile y otros territorios, pueden visitar su sitio web en el siguiente link: Proyecto Uncharted.
Foto de portada: Glaciar Nef, Campos de Hielo Norte, Región de Aysén. Link.
Ubicación: (Mapa) Cordillera de Sarmiento, Región de Magallanes. Link
Hola, buen día, soy profesora de un colegio de la comuna de Cerrillos y nos gastaría saber si existe la posibilidad de entrevistar a camilo Rada, ya que estamos en un proyecto de difusión de los fiordos y glaciares del la Patagonia chilena. Es por ello que es muy importante tener la posibilidad de hablar con un experto en el tema. agradeceremos su ayuda, de ser posible.
Saludos cordiales,
Tamara Vega San Martín
Profesora de ciencias
Colegio Los Conquistadores