En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra el 11 de febrero, queremos como Fundación Glaciares Chilenos reconocer el rol crítico que juegan las mujeres y las niñas en la ciencia. Con el objetivo de promover el acceso y la participación igualitaria en la ciencia para mujeres y niñas, lo invitamos a leer la siguiente entrevista realizada a una joven geógrafa que ha colaborado de cerca en nuestra fundación.
Helena Valenzuela Astudillo, Geógrafa (26), nos relata cómo comienza su experiencia el año 2016, cursando el electivo de Introducción a la glaciología en la carrera de Geografía en la Universidad de Chile, en donde conectó profundamente con los glaciares rocosos. Luego de realizar algunas ayudantías tuvo la oportunidad de plantear temas para la discusión sobre la relación entre glaciares, feminismo y culturas, siempre apoyándose en autores que ya estaban poniendo sobre la mesa estos temas. Ya en su práctica profesional, Helena se trasladó a Punta Arenas, al Centro de Investigación GAIA Antártica, donde aplicó las técnicas de dataciones cosmogónica, dendrocronología y liquenometría en ambientes periglaciales, realizando tanto trabajos de campo como de laboratorio. Luego para su memoria de pregrado realizó una caracterización en los glaciares rocosos del Santuario Yerba Loca, donde se analizan detalladamente cada uno de los glaciares rocosos existentes en la microcuenca. Hoy en día, Helena se dedica a la consultoría en Glaciología, donde sigue realizando estudios con respecto a glaciares y montañas.
1. Según tu perspectiva como profesional ¿Cuáles son los mayores beneficios de emprender una carrera profesional o estudios relacionados con la ciencia?
El conocer cómo interacciona el medio natural en que vivimos desde lo científico y llevarlo a la experiencia del vivir, es lo más significativo cuando reflexiono sobre qué es lo más beneficioso que trae relacionarse de cerca con la ciencia. Esto permea tanto la dimensión profesional como personal, y es la oportunidad de conocer el mundo desde distintas perspectivas, lo cual potencia y profundiza la conexión en distintos niveles con lo que has elegido estudiar. En específico, creo que, en las Ciencias de la Tierra, existen múltiples componentes importantes que rodean esta transformación. Tres de estos componentes nos rodean en el proceso de estudio: el cotidiano, lo tangible y nuestra percepción del fenómeno. Es aquí donde creo que se vislumbran las primeras transformaciones. Y a modo de ejemplo, quisiera hablarles de la construcción interna y externa de la Cordillera de Los Andes y los glaciares en mi persona…
Desde pequeña subía cerros en el valle de Cabildo, miraba la montaña lejana, la veía imponente, sólida, y quieta, como una pared de roca que no sabía de dónde había salido o por qué, en momentos pensaba que había un volcán porque una parte de las cimas no era tan angulosa como las demás, por lo que a veces me daba miedo imaginar que haría erupción. En ese contexto, vivía en el cotidiano la cordillera integrándola en mi día como una potencial y quieta amenaza. En ese mismo tiempo, en el colegio nos enseñaban el ciclo del agua, donde los glaciares eran tristemente omitidos y nadie estaba al tanto de eso…el agua solo venía de las lluvias… ¿Pero cuando no llovía? En mi mente de niña había inconsistencias en todo esto que me rodeaba.
Ya en la universidad, estudiando Geografía, conocí otro mundo donde la cordillera es un sistema activo, dinámico, que se formó en un tiempo tan poco imaginable para nuestra escala temporal de vida, y que su grandeza no trae mayor peligro a nuestra vida en los valles, si no que al contrario, es desde donde nacen los ríos, y los glaciares en sus cumbre, donde se contiene el agua que alimenta los cauces después de las lluvias. Todo comenzó a tomar su lugar. En esos momentos de claridad de lo tangible de la cordillera y sus glaciares, fue cuando mi percepción interna cambió y con ello lo cotidiano, comencé a vivir la cordillera desde una integración mayor, sin miedo, sino que de disfrute, contemplación, cuidado y valorando su existencia.
2. ¿Te tocó enfrentar algún tipo de resistencia por ser mujer en tu carrera como científica y exploradora?
Como las resistencias a la integración de la mujer existen en todas las áreas de la vida, y las hemos experimentado desde que nacemos, a veces me cuestiono si he naturalizado comportamientos o decisiones que han afectado mi desarrollo profesional y que no he podido ver. Y la respuesta a ese cuestionamiento es “seguro que si”. Al revisar situaciones pasadas, veo como en el círculo en que me he ido formando como profesional de la criósfera, hay situaciones que si bien no son explícitas en las razones de la negación respecto al género, si dejan ver sesgos en donde la tendencia es elegir a pares masculinos, y esto crea barreras invisibles de género, que no se anuncian, pero se aplican y transforman el camino que se recorre profesional y personalmente.
3. En tu experiencia como mujer en la ciencia, ¿Cuál es el principal aporte que entregan las mujeres en el campo científico?
Creo que el principal aporte se inicia desde el momento mismo en que se integran mujeres a grupos de trabajo. Ser parte de un equipo diverso en género, rangos etarios y realidades socioeconómicas aporta diversidad de percepciones y en formas innovadoras de llevar a cabo los estudios. Así, se genera transformación tanto en las mujeres que se integran como en sus compañeros de equipo, normalizando cada vez más la presencia de las mujeres como tomadoras de decisiones, generadoras de soluciones creativas y lógicas, y capaces de tomar roles de liderazgo.
4. ¿Qué mensaje le entregaría a todas las niñas y jóvenes que están interesadas en iniciar sus estudios en algún área relacionada a la ciencia?
Me nace decirles que cultivar la autoconfianza, la paciencia, la constancia y la inteligencia emocional es realmente esencial, así como autoconocernos en las múltiples dimensiones en que nos podemos desenvolver en la vida. Retomar el poder interno de cada una es fundamental para recorrer el camino que decidamos elegir.
Creo también necesario concientizar de que, si bien podemos entre nosotras entregarnos confianza y apoyarnos, creo que va totalmente de la mano que quienes tienen poder de decisión en centros de estudio, en proyectos de investigación, en grupos de trabajo o en cualquier institución y organización que trabaja en ciencia, sepan que son las aperturas de oportunidades las que va forjando el camino de las niñas y jóvenes en cualquier área que se quieran desarrollar. El que un profesor confíe en ti para ser su ayudante, que un docente crea en ti para llevar a cabo una memoria dentro de un proyecto de investigación, que en los distintos círculos en las diferentes áreas de la ciencia hayan personas en cargos de decisión que tengan la voluntad de ser la persona que entrega la llave para abrir la puerta de las oportunidades, es lo que realmente aportará a que cada vez haya más niñas y jóvenes que puedan realmente completar una carrera profesional en las ciencias.